domingo, 10 de mayo de 2009

Terremoto Interior

















El domingo pasado en la madrugada, me despertó la tierra manifestándose, temblando y sacudiendo a la ciudad donde vivo, Caracas. La cama se movía fuerte de un lado a otro, las ventanas chocando unas con otras provocando un fuerte estruendo, un crujido que no sabía de donde venía y para completar lluvia y viento.

Me desperté rápidamente y mi reacción fue gritar “terremoto”. A mi esposa la tomé de un brazo y nos fuimos rápidamente a un lugar seguro a que pasara el temblor, bajo una viga, allí nos refugiamos hasta que terminó.

Luego la sensación fue de miedo a que fuera a repetirse. Un miedo que se traduce en la incertidumbre casi con certeza de que la tierra está mandando una señal. Cuado tomé conciencia que estaba temblando también se movieron mis cimientos internos y hablaron así como la tierra habló.

El despertar interior pasa por un fuerte terremoto. Un resquebrajamiento de las bases que sostienen nuestra mente, en el fondo nuestro ego. Cuando se fracturan esas bases y empezamos a ver que las estructuras de nuestras creencias pueden caer nos damos cuentas que detrás de las construcciones que hemos levantado para protegernos están nuestra conciencia.

La conciencia que en el fondo no es más nuestra conexión con el todo, con Dios y con nuestra alma, que puede ser una redundancia porque al final somos uno solo.

El mes pasado fue un mes en el que me pasaron muchas cosas, difíciles de explicar con detalles pero que puedo hablar de ellas como profundos aprendizajes. En cuestión de semanas pasé de expectativa, a emoción, luego felicidad, angustia, miedo y tristeza. Estuve rodeado de personas y sentí un gran apoyo. Pero la verdadera respuesta la encontré en mi ser interior. Mi corazón me dio la respuesta a la experiencia.

Cuando el ego y la mente dominan, podemos darnos cuenta cómo las emociones y pensamientos negativos tienen efectos y consecuencias inmediatas en el cuerpo. Si hacemos consciente que detrás de el ego está la sabiduría y la conexión directa con la fuente universal inmediatamente las dudas empiezan a aclararse, los miedos se disipan y se ilumina el camino por el que andamos.

Dice un autor que estuve leyendo hace poco, que cuando estamos concientes del ego y cuando sabemos que el ego no somos nosotros mismos, que es el ego quien crea los patrones de sufrimiento sobre la base de nuestras experiencias, los momentos dolorosos se convierten en situaciones de los cuales aprendemos y nuestro crecimiento interior o espiritual da un paso para el entendimiento. En resumen quiere decir que hay personas que con el dolor y el sufrimiento pueden alcanzar la iluminación.

En mi caso sentí como mis estructuras internas fueron sacudidas, tan fuerte que mi corazón me habló. Me dijo que más allá de todo tenemos que confiar en el plan perfecto de la existencia. Y lo asumí sin ansiedad. Sentí la liberación de los nudos de dolor que podían estar asociados a esa experiencia. Si pudiera describir con imágenes en que consiste esa liberación, sería como una liga muy tensa se rompiera. Es como si explotaran unas cuerdas y se convirtieran en polvo y desaparecieran.

Las partes del cuerpo donde sentí esa liberación fue cerca del chakra del corazón y del plexo solar. Además con meditación he entendido el porqué de las cosas. La meditación te conecta con la fuente. La forma como funciona es la siguiente, o por lo menos como yo lo he aprendido. La mente está en constante funcionamiento, nunca para de enviar imágenes y decir cosas. Cuando uno está en meditación la idea es buscar un foco, sea un mantra, la respiración o una oración para evitar que la mente actúe. Pero la mente es tan fuerte que sin darte cuenta los pensamientos anulan el foco (mantra, respiración u oración) y vuelven a aparecer.

En ese juego se puede pasar un buen rato, cada vez que te das cuenta que estás viendo imágenes vuelve al foco. Durante la meditación hay espacios que en los que no sabes que pasa pero no escuchas nada, no ves nada y son esos espacios de no espacio y no tiempo en el que tu alma va y se impregna con tu esencia y vuelve a tu cuerpo con las respuestas inconscientes que luego se hacen conscientes.

De esa forma se rompen las bases de las creencias y de los bloqueos mentales y emocionales. Son los terremotos internos que tenemos que buscar para encontrarnos.

La madre tierra habló, se manifestó y nos dio un mandato: que lo hagamos nosotros también, escuchemos nuestro espíritu, es la única forma de saber y actuar de acuerdo a la conciencia universal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno miloko. Me gusta la profundidad y humildad de tu artículo.
Un abrazo y me alegra que haya pasado el temblor.